Esta columna está dirigida a los usuarios comunes y corrientes, sin mayor conocimiento técnico, pero adeptos a la tecnología digital. Me refiero a las personas que no necesariamente son novatas ni le tienen miedo a las computadoras. Tampoco son tontas. Simplemente quieren que sus productos digitales funcionen tal y como lo prometen sus fabricantes, con la menor cantidad de mantenimiento y problemas posibles.
Con esto en mente, he evitado recomendar Linux, el sistema operativo gratuito que es el favorito de muchos aficionados a la tecnología y gerentes de tecnología de la información, y un rival de Windows, el sistema de Microsoft que está en la mayoría de las computadoras y del OS X, el sistema operativo de Apple. Linux, que funciona con el mismo hardware de Windows, siempre ha requerido de cierta pericia tecnológica que la mayoría de los usuarios promedio no posee.
Sin embargo, últimamente he recibido una ola constante de correos de lectores invitándome a dar un vistazo a una variante de Linux llamada Ubuntu que, según ellos, es lo suficientemente pulida para que un usuario común y corriente pueda usarla. Mi interés creció cuando Dell empezó a vender algunos modelos cargados con Ubuntu, en lugar de Windows.
Así que he estado probando una de esas computadoras Dell Ubuntu, el modelo portátil Inspiron 1420N. La evalué estrictamente desde el punto de vista de un usuario promedio, alguien que no está acostumbrado a usar comandos de texto, navegar la Web en busca de software o que no está dispuesto a aprender una interfaz de usuario completamente nueva. Me concentré en Ubuntu y los programas de software que trae integrados, no en el hardware, el cual es una típica laptop de Dell.
Mi veredicto es que, incluso en esta variación relativamente ingeniosa, Linux es aún demasiado crudo para la gran mayoría de los usuarios de computadoras. Aunque Ubuntu se parece mucho a Windows o al Mac OS X, está lleno de pequeñas complicaciones y obstáculos que rápidamente frustran a una persona que simplemente quiere usar su computadora.
Antes de que todos los apasionados seguidores de Linux ataquen esta conclusión, déjenme señalar que incluso las personas que hacen y venden Ubuntu están de acuerdo conmigo. Mark Shuttleworth, el fundador sudafricano del proyecto Ubuntu, me dijo esta semana que "era razonable decir que esta versión no estaba lista para el mercado masivo". La página Web de Dell para sus computadoras Ubuntu advierte que estas máquinas están dirigidas a los "usuarios avanzados y aficionados a la tecnología".
Entonces, ¿qué quiero decir cuando afirmo que Ubuntu está aún muy crudo para el usuario promedio?
No hay un panel de control para ajustar la forma en la que el ratón de tacto funciona, y éste resultó tan sensible, que constantemente lanzaba programas y abría ventanas por accidente. Cada vez que la computadora era "despertada", el software del control del volumen se bloqueaba y tenía que ser recargado.
Cuando traté de reproducir archivos comunes de audio y video, como canciones en MP3, me dijeron que tenía que descargar archivos especiales llamados codecs, los cuales ya vienen integrados en computadoras Windows y Mac. Para que la computadora reconociera mi cámara Kodak y mi iPod, la tuve que reiniciar varias veces. Cuando detectó el iPod, no pudo sincronizar el contenido. La reproducción de videos fue una mala experiencia, con titileo y congelamiento de imagen constantes.
Ubuntu y otras versiones de Linux tienen varias ventajas. A diferencia de Windows y OS X, son gratuitas. A diferencia del Mac OS X, pueden ser usadas en las configuraciones de hardware más populares y baratas. A diferencia de Windows, pero al igual que Mac, no sufren prácticamente de ningún virus o spyware. Y a diferencia tanto de Windows como de Mac OS X, son diseñadas y constantemente mejoradas por una red mundial de desarrolladores de software. Este es el concepto llamado "fuente abierta".
Pero la opción de fuente abierta es una espada de doble filo. Pese a que atrae a muchos desarrolladores talentosos, nadie es responsable en última instancia de la calidad del producto. Una compañía europea llamada Canonical es el "patrocinador comercial" de Ubuntu y provee servicio técnico, pero está fundamentalmente concentrada en usuarios corporativos y expertos en tecnología. Dell y Canonical me han dicho que hay parches tecnológicos para algunos de los problemas que tuve y están planeando mejoras preinstaladas para otros. Por ahora, debo seguir recomendando que los usuarios promedio se mantengan alejados de Linux.
No hay comentarios:
Publicar un comentario