AMSTERDAM - Aproximadamente un tercio de las ventanas iluminadas de las prostitutas del barrio rojo de Amsterdam desaparecerán del centro de la ciudad, ya que uno de los propietarios del principal burdel ha vendido su imperio a una inmobiliaria.
La compañía va a comprar 18 locales - lo que representa 51 ventanas - por unos 25 millones de euros, dijo el Ayuntamiento.
El pasado noviembre, la ciudad revocó la licencias a 33 burdeles porque sospechaba que en ellos se llevaban a cabo actividades delictivas, como blanqueo de dinero y narcotráfico. Sin embargo, los propietarios apelaron la decisión con éxito.
Las autoridades de turismo reconocen que el distrito rojo - un laberinto de callejones estrechos y canales que tiene 700 años de antigüedad a cuyos lados hay 'sex shops', prostitutas en escaparates y 'coffee shops' en los que se vende marihuana - es un atractivo similar al del museo Van Gogh o la casa de Ana Frank.
El alcalde Job Cohen dijo que no tiene planes para echar a las prostitutas de Amsterdam, pero que la concentración de sexo en el centro es demasiado elevado.
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