Científicos demostraron que chicos que consumen caramelos, gaseosas y otros productos tienden a sufrir de hiperactividad.
Una investigación ordenada por el Gobierno británico confirmó ayer que colorantes y conservantes incluidos en alimentos para chicos como caramelos y gaseosas ejercen un efecto perjudicial en su conducta, desencadenando distintos trastornos como la hiperactividad.
El pionero en este tipo de estudios fue, hace 30 años, el científico estadounidense Ben Feingold, que sugirió por primera vez que los colorantes artificiales y otros aditivos causaban conductas nocivas en los chicos, como exceso de actividad, impulsividad y falta de atención. Esa hiperactividad puede facilitar la aparición de trastornos como dificultades para leer y comportamiento antisociable.
La investigación de la Universidad de Southampton, en Inglaterra, fue realizada sobre 300 chicos, 153 de 3 años y otros 144 con edades entre 8 y 9, y apareció publicada en la revista científica The Lancet.
El principal autor de la investigación, Jim Stevenson, indicó que su estudio es una clara demostración de que se pudieron detectar cambios de conducta en chicos que consumían aditivos.
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