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lunes, octubre 01, 2007
El 'Sputnik' cumple 50 años
El 4 de octubre de 1957 la Unión Soviética enviaba a órbita el primer satélite artificial de la historia, el Sputnik, con lo que inició una carrera con EEUU que extendía los confines de la guerra fría hasta el espacio. El Sputnik, una bola metálica de 83 kilos dotada de cuatro antenas y dos transmisores de radio, despegó a las 2.28 horas gracias en un cohete R7, el antepasado del Soyuz, desde la estepa de Kazajistán. El mismo sitio desde el que partiría, el 12 de abril de 1961, el primer hombre que viajó al espacio, el ruso Yuri Gagarin.
"Preparamos el lanzamiento del Sputnik sin muchas esperanzas. En aquella época, nuestro objetivo primordial era la puesta a punto de un misil de combate", recuerda el constructor Boris Chertok, uno de los creadores de los primeros cohetes soviéticos R7 y colaborador de Serguei Korolev, padre del sector espacial soviético.
El famoso "bip bip"
Después de los tres accidentes sufridos por el misil R7, luego convertido en cohete, Korolev propuso otro proyecto: un satélite artificial. Puesto que la URSS intentaba ya construir un aparato que estudiara la atmósfera y el espacio, Korolev tuvo la idea de fabricar un satélite simplificado, con "dos hemisferios, un transmisor de radio, antenas y un sistema de alimentación", según cuenta Chertok. Temiendo que los estadounidenses lanzaran un satélite el 5 de octubre con motivo de una conferencia internacional, Korolev decidió acelerar los trabajos. El 4 de octubre el Sputnik fue puesto en órbita y comenzó a emitir su famoso "bip bip".
Un logro que en la Unión Soviética simbolizaba, más que la rivalidad con EEUU, el optimismo que sucedió a la muerte del dictador Josef Stalin en 1953. Aunque el lanzamiento apenas ocupó unas discretas líneas en el Pravda, la prensa occidental pronto se hizo eco del potencial propagandístico y de la "amenaza" militar que suponía el Sputnik. EEUU, por su lado, no tardó en ponerse manos a la obra, sobre todo al ver que la URSS lanzaba un mes más tarde al espacio el primer ser vivo a bordo del Sputnik 2: la perrita Laika.
Optimismo entre los científicos
Ahora que Rusia conmemora el 50° aniversario del lanzamiento del primer satélite artificial al espacio, hay un cierto clima de optimismo entre sus científicos, según el experto Igor Lysov. El próximo año, el presupuesto estatal para proyectos espaciales es de unos 1.000 millones de euros. "Es 11 veces menos que la financiación de la NASA, pero 10 veces más que el presupuesto del programa espacial ruso de hace una década", dice Lysov.
Rusia dejó prácticamente de financiar programas espaciales tras el colapso de la Unión Soviética en 1991, lo que trajo el fin de la estación MIR en el 2001. Desde entonces, el eficaz envío de personal a la estación espacial internacional a bordo del cohete Soyuz, incluidos algunos multimillonarios turistas espaciales, ha dado una muy buena imagen a los científicos rusos. Washington estudia no obstante abandonar la estación en el 2015.
Panorama halagüeño
Por otro lado, los ingresos que percibe Rusia gracias a los altos precios del petróleo y el gas dibujan un panorama más halagüeño. En la agenda figuran un proyecto conjunto con China para enviar una sonda a Marte en el 2009 y un proyecto ruso para mandar una misión humana a la luna en el 2025. Igualmente, Moscú estudia desarrollar una nueva nave espacial y el establecimiento de un sistema de navegación por satélite que rivalizaría con el dispositivo estadounidense del GPS.
Sin embargo, persiste una cierta incertidumbre en cuanto a la financiación, según Leonid Gorshkov, director del departamento de diseño de aparatos espaciales RKK Energia. "Aunque los proyectos comerciales nos ayuden a sobrevivir, el desarrollo del programa espacial es imposible sin el apoyo del Estado", ha afirmado.
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