miércoles, febrero 02, 2011

Redes sociales en el lugar de trabajo



El uso de redes sociales en el trabajo siempre ha sido polémico.
Un estudio de la Universidad de Melbourne asegura que los empleados mejoran la productividad hasta en un 9% cada vez que toman un receso en su trabajo para entrar de manera particular en sus cuentas sociales de internet.

La razón para esta mejora de productividad es simple y conocida: pequeñas pausas en el trabajo ayudan a mejorar la concentración.

Los pequeños descansos mentales resultantes de cuestiones como refrescar la página en tu red social, actualizar Twitter, charlar un rato en mensajería instantánea, leer el periódico, ver un vídeo o hacer una compra permiten al cerebro descansar brevemente de su tarea habitual y volver a ella con concentración renovada.

Por supuesto, todo tiene sus límites: una cosa es el uso, y otra el abuso. Y en este caso, es importante advertir un tema interesante: el uso de redes sociales, en la mayoría de los casos, no es exclusivo. Un trabajador abre una ventana en su red social, la deja abierta en segundo plano, y simplemente acude a ella cada cierto tiempo y la refresca para ver si hay algo nuevo, a modo de “ventana al mundo”.

Esas pausas, simplemente, le permiten mantenerse enterado de lo que pasa a su alrededor, más conectado con su mundo y sus amigos.
La ubicuidad de las redes sociales y su importancia cada vez mayor en la vida de las personas produce un efecto interesante: las empresas gastan dinero en software y procedimientos para impedir el acceso de sus trabajadores a sitios como Facebook, y lo que consiguen en realidad con ello son trabajadores más desmotivados, que ven como se les impide el acceso a una conexión importante en sus vidas, y que les lleva a relaciones profesionales basadas en la desconfianza y la represión, en las que predomina un escaso compromiso.

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