Hubo un tiempo en que casi todos los hogares europeo lucían televisores de marca Alemana u Holandesa: (Grundig, telefunken, phillips )...Pero hace ya muchos años fueron sustituidos por otros con pedigrí japones (Sony, Hitachi, Toshiba, Panasonic.).. o, mas recientemente, coreano ( Sharp, Samsung.LG, Daewoo )... pronto llegarían los chinos.
En los albores de la era del ordenador domestico --eran los primeros años 80 del pasado siglo--, las pioneras fueron dos empresa británicas , Sinclair y Amstrad; pero pronto los barrio de la faz de la tierra el empuje de asiáticos y norteamericanos. La fiebre del teléfono móviles extendió por el mundo, en la década de los 90´s, de la mano de la sueca Ericsson y de la finlandesa Nokia. La primera hace tiempo que rindió sus armas, la segunda acaba de vender su negocio de móviles a Microsoft y no por mucho dinero.
La caída de Nokia en manos del Gigantesco Imperio de los Programas Informáticos fundado por Bill Gates es: un episodio más de las intensas luchas comerciales que ha desatado el desarrollo tecnológico en torno a Internet, los nuevos dispositivos móviles de comunicación (Tabletas, teléfonos inteligentes) y a las llamadas redes sociales.
Ante el estancamiento de las ventas de ordenadores, Microsoft quiere evitar caer en la obsolescencia e intenta hacerse un hueco en la parte mas dinámica del mercado de la electrónica. Para ello busca la convergencia la producción de 'software' la fabricación y venta de los aparatos que lo utilizan. Una formula con la que su rival, Apple, siempre a tenido como norma, consiguiendo situarse a la vanguardia de una intensa revolución tecnológica.
Pero ademas de la inmolación de Nokia, esto señala un hito más en la decadencia industrial de Europa... Con Nokia desaparece la última gran marca registrada Europea, la ultima gran empresa de nuestro 'Avejentado continente', se pierde un gran negocio con un alcance mundial en el sector de la electrónica de consumo, uno de los que están configurando, en este comienzo del siglo XXI, la nueva estructura económica global.
Los europeos somos ávidos compradores de toda clase de aparatos y aparatitos. Pero no pintamos nada -o apenas nada- en su invención, diseño, fabricación y comercialización, que están casi totalmente en manos de empresas estadounidenses y asiáticas. En electrónica, los europeos consumimos, pero no producimos, una situación que bien puede convertirse en el signo de la relativa decadencia económica del continente, en el síntoma de su falta de vitalidad y dinamismo; así como su falta de apoyo a sus creativos, sean estos nacionales (comunitarios) o extranjeros.
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