Ya es posible tener en la sala de estar un cine en 3D. Y no sólo para superproducciones como «Avatar», sino para poder ver en un futuro no muy lejano informativos y series de forma tridimensional, aunque con ciertas limitaciones que conviene conocer antes de lanzarse a la compra de uno de estos aparatos.Costarán un 30% más que los que actualmente copan el mercado.
Tan sólo se necesitan unas gafas polarizadas y una de las televisiones que están a punto de conquistar el mercado con capacidad de reproducción de imágenes en 3D, para que la programación se haga tridimensional. Sin embargo, el usuario tampoco puede esperar de estos modelos la sensación «envolvente» de la tecnología IMAX. La primera razón de este hándicap no es otra que el tamaño del receptor.
La percepción es semejante a la de mirar un acuario, y es posible configurar la profundidad de campo. El tiempo de respuesta de estos televisores es de cuatro milisegundos, y cada ojo recibirá 120 imágenes por segundo, garantizando el resultado final en cuanto a movimiento en pantalla.
En comparación con las televisiones de plasma, los nuevos modelos consumen menos energía LED. Los fabricantes parten desde formatos de 19 pulgadas en el caso de Samsung, aunque Sony las comercializará desde 40 pulgadas, un tamaño que ya permite explotar las virtudes de esta tecnología. A partir de 1.800 euros podemos llevarnos a casa alguno de los modelos más económicos, que cuestan en torno a un 30 por ciento más que los televisores actualmente en el mercado.
Desventajas de la tecnología 3D en casa
Para poder disfrutar de cualquier emisión en tres dimensiones se debe tener a oscuras la habitación o el salón donde esté el televisor, de otro modo la imagen parpadea de forma desagradable.
Las emisiones que originalmente sean para formato en 2D, como informativos, series, o programas, no tienen una imagen tan «viva» como en el cine. Para experimentar el efecto que produce el cine tridimensional es recomendable comprar películas 3D especialmente desarrolladas para este formato y contar con acceso a canales específicos, en España inexistentes por el momento, aunque ya se ha adelantado la creación del primer canal en nuestro país, denominado «3D Channel».
Entre los detractores, el principal argumento es la «fatiga del 3D». Martin Banks, profesor de Oftalmología de la Universidad de California, publicó un estudio sobre el efecto en la visión, responsable de dolores de cabeza, visión borrosa y cansancio.
¿Qué accesorios se necesitan?
De entrada, son indispensables las gafas 3D para cada miembro de la familia, o bien habrá que establecer turnos para ver la tele. Sony venderá un «kit» que se compone de unas gafas y un emisor infrarrojo a un precio de 97 y 40 euros, respectivamente. El emisor infrarrojo sincroniza la frecuencia de barrido del televisor con las gafas, indicándole cómo interpretar las imágenes.
Algunos televisores no incorporan las gafas, de modo que hay que comprarlas por separado y conforme a dos tallas diferentes: adultos y niños. Éstas vienen ya preparadas con espacio suficiente para usuarios que utilicen gafas para ver la televisión.
Para sacar el máximo partido a un televisor 3D lo más conveniente es utilizar películas en formatos tridimensionales. Para ello, hay que adquirir también un reproductor 3D Blu-ray, que están disponibles por menos de 300 euros.
Otro accesorio que puede resultar muy práctico es una «cámara web». Televisores como los modelos de Samsung incorporan acceso a Internet a través de wi-fi para establecer comunicaciones con otros internautas como si estuvieran en el salón de casa.
Los grandes fabricantes como Samsung, LG, Panasonic y Sony saltarán al mercado a tiempo para el Mundial de Fútbol. En Europa, se ha estrenado la TV 3D con un partido de fútbol: el Manchester United-Chelsea del pasado 3 de abril en el canal británico «Sky 3D», que también emitirá películas y documentales en 3D.
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